
Todo fue
transformado: las texturas de los escenarios son más fotográficas que nunca, y los vehículos se ven más realistas que antes.
Se
conservó la jugabilidad, que permitía al jugador elegir un mando apto a su
agrado. También se conservó el psicodélico nitro Adrenalina, pero obviamente, Asphalt 6
siempre será el legítimo dueño de tal factor. AUNQUE, la sensación y efecto de
velocidad se siente más en Heat que en Adrenaline.

La
dificultad del juego sufrió un incremento: encontramos que los oponentes son
más rápidos que nosotros pese a que estemos al tanto de las mejoras de
velocidad; lo que termina haciendo que el juego se vuelva algo repetitivo y por
tanto, aburrido si no llegamos a contar con refacciones apropiadas en el auto apropiado, ya que éstos últimos ahora están clasificados en siete niveles según su rendimiento. Otra contra que encontramos es la distribución de desafíos en las diferentes copas. En una
copa estamos compitiendo con un auto de bajo nivel, y para la próxima estamos
manejando un deportivo exótico. Está bien que uno pueda saborear la experiencia
mucho antes, pero le quita la emoción de competir para ganar los mejores autos. Y si me permiten decirlo, no estoy muy conforme con la selección de modelos que Gameloft tuvo en este episodio.

Puntaje: 7
de 10.
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